El ambicioso proyecto que pudo prevenir la crisis actual del río Amazonas en Leticia fue ignorado en los gobiernos de Uribe
La próxima Cumbre de Presidentes Amazónicos en Bogotá, fijada para el 22 de agosto, podría representar una oportunidad clave para priorizar la agenda de gestión del río y la protección de la ciudad
La reciente polémica entre Colombia y Perú por la soberanía de la isla de Santa Rosa, surgida tras la aprobación de una ley en el Congreso peruano para declararla distrito de su país, ha puesto bajo los reflectores el impacto de la dinámica del río Amazonas y sus efectos en la conectividad de Leticia.
Sobre esta situación, científicos que han investigado durante décadas el comportamiento del río Amazonas en Colombia, alertan sobre las consecuencias de no haber intervenido oportunamente su cauce.
La disputa se produce en un contexto en el que el Amazonas ha reducido significativamente su caudal en territorio colombiano. Investigadores como Santiago Duque, de la Universidad Nacional de Colombia, han advertido durante años que el río, por procesos naturales y su geomorfología, está modificando su trayecto y alejándose de Leticia.
Esto se traduce en una disminución paulatina en el volumen de agua que circula por los brazos colombianos. Datos de un estudio de 1993 realizado por Duque señalaban que el 70% del agua del Amazonas se dirigía por el brazo peruano, mientras que apenas un 30% transitaba por canales colombianos; la situación hoy es más extrema.
Juan Gabriel León, profesor de la misma universidad en la sede Palmira, en declaraciones a El Espectador, constató mediante mediciones recientes que menos del 19,5% del agua del estrecho de Nazareth sigue rumbo a Leticia y las islas de Ronda y Rondiña, ambas ubicadas antes de Santa Rosa.
Las cifras muestran que casi el 80% del caudal está siendo captado por el brazo peruano. León sostuvo para El Espectador: “Para ir al río Amazonas habrá que caminar hasta la isla de Santa Rosa” si no se realiza ninguna intervención.
Los proyectos realizados y los que quedaron en “veremos”
Frente a la problemática, los científicos recordaron que entre Ronda, aún territorio colombiano, y Rondiña, en zona peruana, en 2002, al inicio del primer periodo presidencial de Álvaro Uribe Vélez, se propuso una excavación para remover rocas y sedimentos y mejorar así el flujo de agua en los canales nacionales.
Esta propuesta fue liderada por Lilian Posada, entonces docente de la Universidad Nacional sede Medellín, que en 2002 firmó un contrato con el Instituto Nacional de Vías (Invías) para diseñar un proyecto para rehabilitar el muelle Victoria Regia de Leticia.
“Propusimos alargar una parte del muelle flotante para llevarlo de nuevo hasta las aguas del río. Lo volvimos a poner en funcionamiento”, indicó la especialista, y recordó que advirtió a la entidad que el muelle volvería a secarse si no se realizaban obras complementarias; por ello, propuso realizar un dragado del río y la construcción de espolones destinados a redirigir el caudal.
Posada relató a El Espectador que el dragado habría facilitado que la fuerza natural del río movilizara los sedimentos y mantuviera abierto el canal hacia Colombia, evitando la acumulación de islas que obstaculizan el paso del agua. “Eso se pudo haber evitado”, sostuvo la profesora al recordar que el muelle Victoria Regia operó nuevamente tras la intervención, pero desde entonces el avance del río sobre territorio colombiano continuó sin que se concretaran las obras sugeridad.
Al diseño de espolones –estructuras sumergidas estratégicamente en el río para canalizar el caudal–, también se sumaron advertencias sobre la necesidad de acuerdos bilaterales con Perú para las obras. De acuerdo con Posada, el proyecto presentado al Invías en 2006 no avanzó por falta de consensos y de políticas de desarrollo concretas para la región. “Colombia les ha dado la espalda a los ríos”, dijo la científica al mencionado medio de comunicación.
El retroceso del Amazonas ha tenido repercusiones concretas para los residentes de Leticia y Santa Rosa. Comerciantes y estudiantes tuvieron que cruzar varios kilómetros a pie por el fondo reseco del río durante 2024. El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) informó que entre abril y septiembre de 2024 el caudal en su estación de Nazareth descendió un 82% respecto a sus niveles tradicionales, estableciéndose un récord mínimo.
Según un modelo de la Armada Nacional citado por El Espectador, si las condiciones actuales permanecen sin intervención, en una década el Amazonas sólo podrá abastecer de agua a Leticia durante breves temporadas de crecida. El resto del año, los canales colombianos quedarían intransitables y Leticia perdería su acceso fluvial directo al río.
Científicos de la Universidad Nacional insisten en las consecuencias de esta dinámica geomorfológica. Silvia López, bióloga experta en ecosistemas acuáticos, explicó al medio citado que los ríos depositan materiales en sus tramos lentos, permitiendo la formación de bancos de arena e islas, como la propia Santa Rosa, que comenzó a consolidarse hacia 1970. El crecimiento de vegetación en los bancos de sedimentos ha fortalecido el proceso de aislamiento fluvial de Leticia.
Desde la academia, Posada sostiene que aún existe la posibilidad de evitar la desconexión total mediante un dragado durante la temporada seca de septiembre, cuando la inversión sería más eficiente. “Todavía se puede evitar que Leticia pierda el río Amazonas”, declaró en la entrevista.
Ajustar los estudios y ejecutar las obras recomendadas son, para los expertos, los pasos inmediatos para mitigar las consecuencias del desplazamiento del río.
Los investigadores estiman que la próxima Cumbre de Presidentes Amazónicos en Bogotá, fijada para el 22 de agosto, podría representar una oportunidad clave para priorizar la agenda de gestión del río y la protección de la ciudad.
La problemática adquiere un nuevo matiz en la medida en que el gobierno estudia la posibilidad de construir un malecón turístico en Leticia, iniciativa que para los profesores no atiende la raíz del fenómeno. “¿Para qué esa obra, si el río se está secando?”, plantearon en diálogo con el diario.
Por : Paula Naranjo - Infobae
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