Fri, 12/25/2020 - 12:14

UN MEJOR 2021

UN MEJOR 2021

Todos los años tienen sus momentos positivos y negativos. El recuento de los daños y logros queda para final en que se hace un balance general. Y las promesas al comenzar son las mismas. Se repiten como el libreto de una obra que al terminar uno decide, de acuerdo con su experiencia si cumplió o no con su cometido. Llorar o reír en determinados episodios. Bajar de peso, viajar más, compartir más con la familia, tener mejores ingresos y muchas más. Se nos va el tiempo esperando que nuestra vida cambie a partir de un 1 de enero.

Hace un año veíamos la noticia de algo que sentíamos lejano. Algo extraño que nos era ajeno. Yo lo sentí así y no pensé que fuéramos a tener un 2020 tan extraño, doloroso, que estuviera muy alejado de nuestras expectativas y egos. Desde mi experiencia personal, hubo pruebas difíciles que agobiaron mi pensar y vivir. Iniciar el año y quedar desempleado con la incertidumbre de algo que no había vivido nunca. Al poco tiempo empezar una cuarentena estricta que puso a prueba la salud mental de muchos, el aguante, el miedo constante a lo aún desconocido. Los apuros económicos, la incomodidad de los protocolos de bioseguridad. La soledad en las calles, la distancia con los nuestros. Perder seres muy queridos y amados como mi abuelo Salvador, esa tristeza que produce la impotencia de no poder despedirlo como merecía; mirar el entorno y darse cuenta de que somos vulnerables. Amigos entrañables que ya no están por causa o no del COVID-19. Su ausencia que pega fuerte en ciertos momentos. A ellos les agradezco tanto por lo que dejaron, por esa cosecha reflejada en buenos recuerdos. ¿Y qué es la vida sino el dejar en el corazón y la mente de los demás las buenas cosas, huellas imborrables que generen paz y felicidad?. No santidades porque no lo somos.

2020 puso a prueba matrimonios con la convivencia permanente. Aquellos que normalmente al iniciar el día se saludaban y despedían para iniciar sus jornadas y en la noche compartir un rato, darse las buenas noches y esperar un nuevo día para seguir con la rutina. Ahora, estaban 24 horas al día compartiendo en las 4 paredes que expusieron más los defectos, que los factores positivos de cada integrante. Prueba fuerte para muchos. Aquellos que no la soportaron, quizás no se conocían. Solo compartían un espacio en el cual ponían en la balanza solo lo favorable y escondían debajo del tapete lo que no gustaba. Vimos series y películas. Desordenamos nuestro diario vivir. Levantarnos tarde, desayunar a mediodía, almorzar a las 5pm y conciliar el sueño a la madrugada. Nos reunimos a través del ZOOM, compartimos a la distancia. Jugamos, celebramos y nos desahogamos a través de las pantallas. Adquirimos el temor a los abrazos y besos. Al apretón de manos. Desconfiamos del afecto.

Al terminar este año demos gracias a Dios por los que estamos y los que tenemos con nosotros. A quienes nos tendieron la mano en momentos de tribulación. Mi agradecimiento a quienes estuvieron ahí en esos instantes de amargura y angustia. Valorar más la vida fue un aspecto favorable de 2020, aprovechar los pocos espacios en que se comparten buenos momentos. Siempre al iniciar el día despertar con un gracias y al cerrar la noche agradecer de nuevo. A DIOS siempre mi plegaria por la vida y la salud de mis seres queridos, por el alivio de quienes viven instantes de desesperanza y dolor. Por el techo, por la comida, por el trabajo, por mi hogar y porque vivamos protegidos al estar expuestos a tantos peligros y a ese enemigo invisible que nos dio la vuelta al existir.

A todos les deseo un muy feliz y tranquilo 2021. Colmado de bendiciones. No esperemos que a partir del 1 de enero todo cambie. En su lugar, desde nuestro actuar auguremos mejores cosas. Seamos corresponsables con lo que la vida nos da. Dejar atrás esos agüeros ridículos de fin de año y afrontemos con actitud responsable y aterrizada lo que viene. No esperen los cambios en los demás, seamos innovadores de mejores maneras de ver y vivir la vida.

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