Tue, 05/12/2020 - 16:59

AMAZONAS: CRISIS QUE SE PUDO EVITAR

AMAZONAS: CRISIS QUE SE PUDO EVITAR

Algunos vagamente creían a partir de lo que veían a los lejos. Noticias que se propagaban y mostraban la difícil situación causada por un enemigo invisible. Allá a la distancia, lo veían como algo ajeno y que como muchas otras situaciones no pasaría por la región. Algo normal.

Como normal es que falte cobertura y calidad en los servicios de salud, normal que el nivel educativo sea bajo; normal el difícil acceso a la internet, normal el costoso nivel de vida, normal la pobreza y condiciones sanitarias paupérrimas. Circunstancias de muchas que son el retrato de fondo que ha acompañado los despachos de tantos gobernadores y alcaldes que han pasado sin pena ni gloria en una región rica en promesas y miserable en obras, en hechos concretos.

La llegada del Coronavirus se sabía pero como algo efímero. Algunos decían: “Eso sólo pasa en las ciudades grandes”, otros afirmaban: “Eso es creado por los medios de comunicación o dígame si ¿usted sabe de alguien que haya muerto por eso?, y otros más regionalistas jocosamente aseguraban: “Nosotros alimentados toda la vida con azaí, chontaduro y caldo de cucha somos inmunes a esa vaina, eso le da a todos esos europeos que se alimentan mal”. Finalmente llegó el coronavirus y entró por las diversas puertas abiertas que tiene Leticia; si, esa frontera porosa y permeable que durante su historia fue ventaja comercial y turística y ahora convertida en un portal de contagios alarmante.

Los recién posesionados, Gobernador y Alcalde recibieron sus cargos con algo imprevisto y desconocido pero que no sólo prendió las alarmas sanitarias sino que de nuevo puso al descubierto esa herencia injusta que dejaron sus antecesores por décadas. Un sistema de salud casi nulo con serias deficiencias en calidad, cobertura y unas instalaciones que reflejan que el dinero que llegaba del Gobierno Central y organismos multilaterales quedó en manos de los políticos corruptos y contratos amañados otorgados a firmas de papel que, obviamente nunca cumplieron.

Ahora algunos políticos, organismos de control, periodistas, líderes y comunidad se escandalizan por lo que ven; por aquello que ha convivido en la región desde hace tantos años y ahora sólo señalan indignados con su dedo acusador. Esa corrupción que se ha llevado la esperanza de tantos necesitados y que tuvo la complicidad de muchos que por una dadiva dieron su voto no de confianza sino de interés a los ladrones del erario.

El virus está y de manera implacable ha dejado una estela de contagios y muerte como ninguna otra parte en el país. A hoy (12 de mayo) la cifra de contagios confirmados aumentó a 743; 25 más sobre la cifra del día de ayer, después un repunte cruel de 192 contagios del domingo 10 de mayo al lunes 11 de mayo; sin contar aquellos asintomáticos que aún siguen incrédulos mientras la emergencia pasa por sus caras.

¿Qué hacer?, en primer lugar acatar las medidas sanitarias, el aislamiento preventivo obligatorio y los “toque de queda”. Segundo y, que debió haberse tomado en cuenta desde hace meses para que la situación no fuera caótica; el autocuidado y hábitos correctos de higiene. Es ridículo que en estos momentos haya que exigirles a las personas el uso del tapabocas, salir únicamente a lo estrictamente necesario y mantener sus hogares y entornos aseados. Sin embargo; se ven focos de folclor en el actuar de muchos ciudadanos. Aún no creen, no dimensionan el nivel alarma que está viviendo la región. Irresponsables de profesión que deportivamente ven pasar la tragedia sin pensar que a ellos los puede tocar.

Amazonenses, el antídoto está en ustedes; ya no hay vuelta hacia atrás. Sean corresponsables, cuídense y cuiden a los suyos. No es tiempo de acusar sino de actuar previniendo más contagios. No dejen que la región se estigmatice por el momento actual, salgan adelante solidariamente. Ustedes son responsables de todos.

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