Sat, 05/21/2016 - 08:04

Qué irónica que es la vida

En la crónica de hoy voy a referirme a un personaje amigo y gran guía de turismo regional en la época en que este medio movía cantidades de personas de Colombia y del mundo hacia el Amazonas, cuando se manejaba un turismo con más responsabilidad pues sus promotores y quías eran unos profesionales en su trabajo como grandes conocedores del rio y de los sitios hacia donde se desplazaban. Fue la época dorada del turismo en el Amazonas cuando nos visitaban barcos de gran calado con turistas extranjeros de todo el mundo, cuando la competencia entre los agentes turísticos se hacía a base de un buen servicio y atención, época en que descollaron los grandes promotores del turismo hacia esa región en cabeza de Mike Tsalickis de quien siempre he dicho que quiéranlo o no, a él se le debe el conocimiento de Leticia a nivel mundial con Kapax como ícono representativo, secundado por Max Olderburg y Rolf Heumann, destacándose además: George Tsalikis dueño del Hotel Colonial, Fernando Gómez como administrador de la agencia de turismo “ La Rana”, Fabio Dickson como guía de turismo del Hotel Anaconda, Alberto Orrego guía de la empresa Amaturs y los que estaban haciendo sus pinitos como guías turísticos en esta industria sin chimeneas como lo fueron Daniel Martínez apodado “El pastuso” y los hermanos Mendoza entre otros y el nombre que nos ocupa el de Hans Heydler alemán quien trabajaba como guía independiente, pero más colombiano que cualquier otro, con quién “hice buenas migas” como decimos en Antioquia pues por su modo de ser y actuar parecía enrazado con paisa pues su elocuencia y sus respuestas instantáneas a cualquier pregunta así fueran mentiras, eran asombrosas.

Sicorrigido como todo alemán, responsable en el manejo de sus turistas cuando de recorridos por el rio se trataba, en donde él siempre iba a la cabeza respondiendo por toda actuación. Económico en sus gastos que ya rayaba en la tacañería, con decirles que se casó con una azafata de Avianca que volaba a Leticia para economizarse el valor de los tiquetes Leticia Bogotá y viceversa que para él, por ser esposo de ella, eran gratuitos o con un descuento de casi el 100%.
Para esa época yo tenía una de las mejores heladerías de la ciudad llamada Palmeiras” situada en donde hoy está el almacén del Opita, la cual competía en atención y música con la heladería “Acuarius” que quedaba en donde está el kínder de la armada cuyos propietarios eran los hermanos Mejía.

Este personaje incluía en sus tours al regreso del rio, arribo a mi heladería en donde los turistas se deleitaban disfrutando de algún refrigerio.
Allí mi amigo tenía derecho, por este hecho, a consumir varios servicios totalmente gratis.
En donde iban a atender mejor estas excusiones paisas si no era donde su paisano quien les conocía su idiosincrasia?
De ahí que cuando salía hacia el rio con un grupo de estos turistas llegados de Medellín, yo era el invitado de honor para que les hiciera grata la estadía, con cuentos y anécdotas alusivas a la región.

Un bote con un motor 40 caballos de fuerza y con 20 turistas a bordo se desplaza raudo por el rio Amazonas rumbo a Puerto Nariño.

En la proa del bote, parado militarmente asido a una cuerda para la conservar la estabilidad luciendo su impecable uniforme de safari africano iba Hans dirigiendo al motorista. Yo me encontraba sentado en el bote mezclado con mis paisanos hablando, riéndonos e ingiriendo además, unas cervezas frías para el calor. Y es aquí en este recorrido en donde se presenta esta anécdota: resulta que al pasar cualquier vehículo que se desplazara por el río, por el frente de la hacienda La Primavera se solía observar una gran ceiba que era la atracción para los visitantes que la observaban quienes no dudaban el filmarla o fotografiarla. Sucedió que al pasar exactamente al frente de ella y observar su majestuosidad, uno de esos paisas ansiosos de información le preguntó de inmediato al Guía: “ Oíste Hans como se llama ese árbol que se ve allá al fondo? . Ante esa pregunta a quemarropa, con la seriedad que caracteriza a los alemanes contestó secamente “Samahuva”

El paisa quedó satisfecho con la respuesta que hasta anotó el nombre, pero al que más le llamó la atención las palabrita fue a mí quien a partir del otro día incluí en la lista de licores de mi heladería un nuevo coctel llamado” Samahuva Especial Drink” hecho a base de Vodka, jugo de limón, marrasquino y hielo frappé, que con el calor reinante, los turistas la bebían como limonada pero que al rato, sus efectos etílicos no se demoraban en aparecer.

Tiempos aquellos en que la camaradería entre los guías de turismo y el pueblo, especialmente con los propietarios de restaurantes, bares y heladerías era afín con miras a prestar un mejor servicio que redundara en el éxito de esta industria forjadora de ingresos en la región.

Y aquí viene lo irónico de la vida, con el tiempo el padre de Hans murió en Alemania dejándole como herencia una gran fortuna, la que Hans se aprestó en ir a reclamar en compañía de su esposa la azafata, con tan mala suerte que debido a un ataque cardíaco falleció en pleno vuelo, cuando precisamente su calidad de vida, a lo mejor, iba a cambiar, situación que pone a uno a pensar acerca de la vida.

Carlos Javier Londoño O

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