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Aberrante caso de maltrato animal en la ciudad


Ante un aberrante caso de maltrato animal un policía salva la vida de un perro
El animal agonizante estaba tendido en la calle con nueve impresionantes heridas causadas con un machete.
Leticia - Amazonas
Eran las nueve de la noche cuando el señor Intendente Robert Olanda Paima, adscrito al Grupo de Guías Caninos del La Policía Nacional en el Amazonas, fue alertado telefónicamente por un ciudadano, sobre una dantesca e impresionante escena que acontecía en una calle céntrica de la capital amazonense.
El profesional de policía, quien acaba de recoger a su hijo y se dirigía a su lugar de residencia, acudió al angustioso llamado, hallando una trágica escena donde un perro de la raza Bull Terrier, se encontraba tendido sobre el frio pavimento, en medio de un charco de sangre, con varias heridas profundas causadas al inerme animal por un desconocido, con lo que sería un afilado machete.
El compromiso de corazón del Uniformado, la conmovedora determinación con la cual su pequeño hijo le dijo: “Papi, el perro no se va a morir, tú lo puedes ayudar”, los conocimientos propios de su especialidad en el trato y cuidado de caninos, sumados a una fe inquebrantable; fueron los alicientes que inspiraron al policial a seguir adelante, con lo que se convertiría en un larga vigilia de nueve horas, hasta arrebatar de las garras de la muerte al agonizante perro.
Desde ese momento el Intendente Olanda Paima, comenzó a buscar ayuda para la urgente atención, pero por esas cosas del destino, los dos únicos veterinarios cirujanos existentes en esta apartada zona de la geografía colombiana, no podían estar presentes para atender el caso.
Con líquidos intravenosos, inyecciones para el dolor y lavando con cuidado las profundas y mortales heridas del canino; el acucioso y decidido policía logró en una larga noche, mantener con vida al perro hasta las seis de la mañana, cuando al despuntar el alba un veterinario profesional lo asistió en su maratónica carrera contra la muerte.
El escepticismo del galeno profesional en intervenciones quirúrgicas para caninos no se hizo esperar; pero una vez más el pequeño hijo del policía – el cual no se había despegado del lado de su padre en toda la noche – intervino para decirle al médico veterinario que, Él había rezado toda la noche por el perrito y que “el perrito no se podía morir”.
Sin esperar más, el decidido policía, su hijo y el veterinario iniciaron la difícil cirugía que implicó, fijar la cabeza del animal que pendía de las vértebras y un trozo de musculo; así mismo la reconstrucción de un pata trasera que colgaba de la piel del animal y más de 219 puntos de sutura para cerrar las profundas heridas.
La cuenta superó el millón de pesos, pero una vez más el acucioso Uniformado, tocó puertas (corazones), hasta que un buen samaritano del sector comercio, al ver la tragedia que rodeaba al singular canino, decidió correr con todos los gastos, con la única condición de mantener su nombre en secreto por razones de fe religiosa.
Pese a que no se tiene claridad sobre quien fue el autor material de tan funesto hecho, la Seccional de Investigación Criminal SIJIN asumió el caso, toda vez que no aparecido el dueño del animal, pero hay indicios de que el perro fue víctima del brutal ataque por parte un lugareño que la habría emprendido contra el animal sin razón alguna.
Jacqui, como ha sido “re-bautizado” el noble animal, se recupera satisfactoriamente a lado de los perros policías, bajo el sigilo y dedicado cuidado de quien muy seguramente será su nuevo dueño… el señor Intendente Robert Olanda Paima, un policía ejemplar y motivo de orgullo para su familia, nuestra institución y la sociedad.
Info - Recomendada / Ministerio de Defensa Nacional Policía Nacional, Oficina de Comunicaciones Estratégicas- Departamento de Policía Amazonas

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