Desvaneciéndose una vez más
Otro año más que se nos va desvaneciéndose entre nuestras manos, el tiempo y nuestras miradas, otras metas más concluidas, otras que tendrán que correr otros caminos para encontrar el sendero adecuada de nuestras verdades; muchos quedaran atrás o ya no estarán con nosotros, para algunos, nos dejaron destellos, legados o simplemente pasaron por aquí, buenos y especiales para algunos o muchos, para otros nada, cada uno de nosotros tiene su verdad cualquiera que sea esta.
Esas (os) amigas(os), conocidas(os), palabras, pensamientos, gritos que pasaran a la historia, otros simplemente se fundirán en el olvido de las frases y de las verdades, mientras otras prevalecerán entre las mentiras más viles de la mirada de los indiferentes, pero ante todo dejaremos supuestos amigos en el camino, que ellos seguirán construyendo su atormentado y a lo mejor perfecto sendero de sus verdades.
Pero a pesar de las diferencias encontradas algo se ha de aprender y algo se ha de olvidar, pero en lo más íntimo de nuestras almas, el aprecio de lo que alguna vez fue, ahí quedara, como aquella flama que es la única que no desvanecerá, porque ante todo algo de ello se aprenderá, aunque demore lo suficiente para que nuestro subconsciente asimile de la verdad que queramos cargar. Desvaneciéndose poco a poco de nuestras más buenas intenciones, así como va llegando esta navidad, así mismo se nos va desvaneciendo, sólo quedaran: ese abrazo fraterno, la sonrisa de nuestros hijos(as), amada(o) amigas(os) y conocidas(os).
Así que sólo mi más sincero deseos de mi poca y pobre sabiduría, porque no soy más que nadie, ni ante el torpe e ignorante, ya que todos cargamos nuestras verdades, cualquiera que sea está.
Que estas festividades en la soledad, en familia o en compañía; con sus alegrías y tristezas de un año más que se va desvaneciéndose entre nuestras miradas impávidas y reflexivas, porque al final esa es la actitud firme que debemos optar para la sanación y engrandecimiento de nuestra espiritualidad.
Mis más sinceros deseos a todos y cada uno de las personas que fluyeron en nuestros caminos; que el próximo devenir del 2014 venga cargado con un sinnúmeros trineos titilantes y adornados de bulliciosas campanitas, trineos repletos de éxitos, como de sorpresas, que sus sueños se cumplan y sus caminos se engrandezcan y que la luz del todo poderoso marque cada paso que den en los próximos días y el nuevo año que empieza asomar colmado de esperanzas.
Así que me voy desvaneciendo para algunos, pero para otros mi abrazo de luz permanecerá y fortalecerá nuestra amistad, a los otros sólo me suma desearle mi más profundo sentimiento de buenos y excelentes deseos para la felicidad que intentan alcanzar. Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo les desea.
Julio Cueva Marquez.