Tue, 10/29/2013 - 06:03

Hacer la paz, cuando se construye el bien ser

Foto/Articulo/Juan GuillermoGuerrero

HACER LA PAZ, CUANDO….. SE CONSTRUYE EL BIEN SER

Los griegos en la antigüedad por sus capacidades de reflexión para encontrar al hombre en las relaciones con el otro, siempre lo concernieron como un ente que se organiza constantemente para no perder su armonía ni con el universo ni con su entorno natural y mucho menos con la organización social propia del Ser; porque intuían que este logro no se realiza individualmente ni por medios particulares que impulsen al individuo a su propia felicidad sino que el logro tiene que ser mancomunadamente por intereses del conjunto para que el todo (naturaleza, universo, hombre y demás) conserve su armonía y no pierda el rumbo que lo conduce a un caos que arrastra hacia la incertidumbre del Ser, miedo e incapacidad de verle sentido a la propia existencia, perdiendo su paz tanto interior como social.

Estos griegos (Pitágoras, parmenides, Heráclito, Sócrates, Platón, Aristóteles entre muchos más) con la preocupación constante de ser bondadosos, aportan muchísimos patrones y postulados que muchas organizaciones sociales toman como principios fundamentales porque humanizan para buscar su armonía social e individual, pero siempre chocan con aquellos entes pensantes que no humanizan sus acciones sino las metalizan ($) con un principio económico para encontrar su propio bienestar individual olvidando al otro como Ser importante de su desarrollo; por lo tanto se esclaviza a los demás hombres que por su pobreza intelectual quienes no tienen la capacidad de ver su posición jerárquica del dominado, explotado y cosificado perdiendo al ser en su integridad ( pensamiento, sentimiento y acciones como propiedad del otro.

Pero…. Esto nunca ha bastado para que el conjunto de hombres se organicen y busquen su paz tanto comunal como individual, pues la comprensión de Ser para el todo no cabe en las mentes porque predomina siempre la voluntad de poder del individuo hacia los demás para disimular sus frustraciones que la misma sociedad le ha creado y el individuo lo adquirió por decisión propia, es de esta forma que las personas quieren un reconocimiento haciéndose acreedores de un poder sobre los demás y así sentirse bien, y repetir el eslabón cultural de “yo soy el que manda, Yo soy el poderoso, yo soy la autoridad…yo soy, yo soy…..y se extingue el postulado nosotros somos….

Es de esta forma como la cultura se globaliza con un valor postizo que se promulga como verdadero anunciando un individualismo competitivo que golpea a los demás para conseguir sus propios intereses en contra de su prójimo así sea su propia familia, martirizándolo y atentando contra su felicidad, progreso y su propia vida al no dejarlo vivir como debe ser.

Las jerarquías de esta índole en una organización desorganizada con características de lo dicho anteriormente hacen del Ser un Mal Ser y este Mal Ser transmite a su prole un peor Ser a no Ser que algunos de la prole salgan de los patrones heredados y cambien y vivan nuevos paradigmas para buscar el Bien Ser que no maltrata ni se auto maltrata y se convierta en altruistas yoístas sociales que intentan armonizar lo inarmónico para bien de los hombres, naturaleza, universo y todo lo demás que es incalculable.

Después de la era de los magníficos pensantes que nos dieron su legado, viene de Jerusalén un super hombre (Dios) llamado Jesús quién entendió muy bien la razón de ser del Ser en una sociedad de hombres y nos explicó con su vida la entrega del individuo para el bien de los demás y nos recordó que del hombre como individuo y sus decisiones por voluntad debe elegir siempre acciones que beneficien a todos los de su entorno de lo contrario estaríamos eligiendo constantemente acciones que entorpecen a los demás su curso en la historia por no tener identidad común e irrespetando su autonomía y su consciencia colectiva

Aunque no lo creamos, ni el mismo Dios, ha sido capaz de hacer que el hombre quiera vivir bien a través de los demás y de sí mismo espiritualizando sus acciones y proyectándolas más allá de la razón para buscar su armonía y erradicar la división del hombre por su ignorancia intelectiva que espiritualiza al mismo Ser. Este objetivo de querer vivir con el otro y para el otro es de difícil comprensión, por lo tanto de difícil vivencia porque requiere de un desprendimiento de paradigmas culturales como el yo soy, mi poder, esto es mío, yo lo tengo, soy el mejor, tú no puedes, lo mío sí vale, nadie puede pero yo si……entre otros muchos postulados que cada vez nos separan más del Nosotros...

Revisando la historia de la evolución del hombre, nos damos cuenta que aunque se conozca su contenido siempre repetimos las constantes caídas y gozamos de las mismas para afianzar un poder que domina al caído, y si somos los caídos buscamos la justificación para no permitir vernos como la principal piedra que nos obstaculiza nuestra solidaridad con el otro para el bien de nosotros mismos.

Cuando observamos el tiempo del hombre en éste mundo, no vemos cambios de comportamiento que hagan de las diferentes organizaciones sociales seres bien definidos y que sepan vivir al acordarse Ser otro, parece ser que a los que organizan los sistemas sociales les beneficie que estemos separados y no tengamos consciencia de ello, pues esto les permite mantener un poder que es lucrativo no para el colectivo sino para el interés personal de unos pocos que utilizan el pensamiento y la intelectualidad para usarla en contra de los demás, en otras palabras el intelecto que debería permitir bien Ser está dirigido no para este fin sino para utilizarlo en contra de quienes no conocen el verdadero secreto del conocimiento que debe ser redirigido para buscar la armonía del todo y ponerlo al servicio del grupo social.

Un Mal Ser (mala persona) con las condiciones expuestas en lo anterior siempre buscará patrones que no permitan un avance satisfactorio que ayude a los grupos sociales porque el poder perdería la razón de ser y sus frustraciones no podría camuflarse, es decir el reconocimiento del otro hacia el frustrado no se haría efectivo.

Parece que los Malos Seres o Malas personas aunque parezcan ser buenas así como tú o como yo, no somos tan buenos porque en el interior de nosotros predomina la voluntad de poder, el reconocimiento, el yo superior, el yo soy, y seguimos olvidando al otro como un valor inherente en un grupo social a través de la participación activa para el común. Esto como utopía ya que siempre hemos demostrado su inexistencia creo que es realizable desde el interior del mismo individuo, pues él es el único responsable de buscar su armonía, paz, felicidad cuando humaniza sus acciones por el cambio de pensamiento y sentimientos hacia sí mismo y hacia los demás, es posible que debemos esforzarnos más de lo natural para dar al más cercano sin esperar de él, esto nos traerá una gran satisfacción personal que cumple con el aporte que le debemos dar a nuestro entorno social, natural y universal como retribución de lo que la misma naturaleza nos proporciona.

Un bien Ser, entendido como aquella persona que busca su paz interior debe acudir a un conocimiento que trascienda las fronteras de las sociedades y revolucione su micro entorno hacia el bien, esto es adquiriendo aquellos valores universales (solidaridad, apoyo, comprensión, tolerancia, justicia, humildad entre otros) que permitan ser armónicos los hombres en una sociedad que tanto se han reclamado desde los inicios de la comunidad, pero estos valores no deben ser manoseados por el entendimiento de muchas culturas, sino deben ser unificados los criterios y significado, de lo contrario estaríamos diseñando conceptos y patrones intelectivos que se aplicarían de acuerdo a intereses individuales y no colectivos.

Cuando el Bien Ser es capaz de entender su razón de estar en el mundo es mucho más capaz de lograr resultados positivos que lo conduzcan a su paz interior, además éste Bien Ser no debe obligar a que su paz interior la apliquen otros por obligación sino por convicción, pues el mayor beneficiario será aquél que quiera vivir en paz y en bien estar en el mundo.

Todo Bien Ser si nos adentramos en su hacer, nos encontraríamos que aquel hacer como patrón coherente con el Bien Ser, pues el bien hacer es en particular muy bueno, con una calidad que cumple con los requisitos no del individuo quien lo hace sino con los requisitos para quienes va dirigido, este hacer implícitamente pone todo sus esfuerzos para no ser reconocido sino para ser útil, ya que la acción siempre traerá como consecuencia para quienes conocen su utilidad un calificativo positivo y un progreso del entorno, de las circunstancias y de los demás a quienes les proyecta.

El Mal Ser si lo evaluamos un poco su hacer siempre es imperfecto, porque sus resultados no aparentan ser buenos ni útiles, el Mal hacer por su margen de error siempre será más costoso tanto porque degenera su utilidad y degenera a su creador y porque degenera su entorno, el Mal Hacer baja la calidad de vida no solamente de su creador sino de quienes toca, por inercia su mancha cumple con su objetivo de no ser efectivo con su objetivo.

Hoy si observamos a nuestros propios hijos, nos damos cuenta que el Mal Hacer es parte de la vida cotidiana, parece ser que el esfuerzo de hacer las cosas bien se pierde porque no hay sentido de la acción, sino que el hacer es presente en un medio hacer ya que el esfuerzo no lo queremos porque no entendemos un buen hacer y con estos ingredientes como pretendemos un Bien Ser que escasamente es feliz y su paz es imperfecta.

Un Mal Hacer en éstas condiciones como consecuencia, siempre nos guiará a la escases, pues cuando hacemos las cosas mal o sin cumplir con los requisitos mínimos y porque no excediendo las mismas expectativas, pues sus resultados serán un Mal Tener, y este mal tener hace de la calidad de vida no apta para suplir nuestras propias necesidades y mucho menos la de nuestra propia prole y pequeño entorno doméstico.

El Bien Tener es hacer las cosas Bien, esto alivia la paz interior del individuo y su entorno porque su Bien Estar en el mundo alivia su incertidumbre y miedo que la misma sociedad le crea para mantenerlo domesticado y dominado.

El Bien Estar no viene por sí solo sino a través de una elaboración del individuo que trasciende sus buenas acciones hacia el otro y hacia sí mismo ya que el Bien Estar en el mundo también depende del otro según lo que yo le haya dado, porque mis acciones no son para mí sino para el otro.

El hombre no es más de lo que la educación, formación e instrucción le deja Ser. Con este postulado nos adelantamos a asegurar que de estos tres elementos depende nuestra visión del Hombre, Dios y el mundo, pues, con los conceptos bien claros y entendimos, nos estaríamos dando cuenta que todo depende del uno y el uno depende del todo, de no ser así estaríamos como de costumbre desligándonos y separándonos de la armonía que tanto necesitamos para llegar a vivir en paz con nuestras convicciones, la naturaleza y socialmente en interacción y armonización con nuestro entorno natural.

Sin la educación, formación e instrucción simplemente estaríamos en condiciones de actuar medianamente e instintivamente para cometer errores constantes que atentan contra nuestra vida y la de los demás y toda la naturaleza que nos rodea.

El Mal Ser por lo general está caracterizado por una instrucción mediana, educación mediana o nula y una formación errada, pues su visión de su entorno es ignorada y actúa simplemente para sí mismo pasando por encima de los demás sin poder entender que de él dependen muchos para bien o para mal, pero también los instruidos, educados y formados se mal forman, se mal instruyen, y se mal educan cuando el entendimiento es subjetivo pierden el rumbo solidario de poner al servicio de los demás el buen entender que construye para el bien comunal.

El hombre para dejar de ser animal, debe ser hombre a través de la buena educación, buena formación y buena instrucción, porque esto lo conduce a buenos pensamientos, buenos sentimientos y buenas acciones que nos transportan a un buen ser con bien hacer, bien tener y un bien estar.

El fin supremo de la educación, formación e instrucción es ser moralmente bueno y esto se busca en la historia académica oral o escrita que otros hombres siempre han expresado para buscar la paz de muchos hombres que sin ser utópicos creen en ella.

El hombre es la única criatura que ha de ser bien educada, bien formada y bien instruida desde pequeño, pues muy pocos después de encontrar todo lo contrario se convierten en trasgresores de la paz y serán muchos los hombres incapaces de cambiar su estilo de vida, sabiendo que para ello hay que esforzarse y convencerse; se entiende como bien instruido, bien educado y bien formado las preocupaciones de los padres y la sociedad de que los hombres niños o grandes no hagan mal uso de sus fuerzas intelectivas, físicas e imaginarias porque con este poder nos haríamos peor que el animal bruto que mide sus potencialidades por su saber de exceso en contra de sí mismo.

La disciplina de la animalidad del hombre lo convierte en humanitario, un animal lo es todo por su instinto, nosotros somos todo lo contrario, nosotros necesitamos de una razón propia, no tenemos ningún instinto más que el natural que debemos terminar de construir por sí solos o con ayuda para regular nuestra conducta que nos lleva a el bien Ser, pero esto se hace entre todos para tener mejores resultados.

El género humano debe sacar poco a poco de sí mismo, por su propio esfuerzo todas las disposiciones naturales de la humanidad. Una generación educa, forma e instruye a otra para el Bien Ser, para no retroceder y volver a la barbarie que siempre nos ha perseguido, por la transmisión del mal Ser.

La disciplina, la motivación por voluntad y otros elementos, permiten al hombre que se le impida ser animal ´por sus impulsos y se aparte de su destino de la humanidad, la construcción del bien es el elemento que nos permite ver la parte positiva de la buena instrucción, educación y formación que nos dilucida la paz temporal o atemporal que tanto anhelamos, por esto el hombre no es más de lo que la educación, la instrucción y la formación lo hace ser.

Con lo anterior debemos tener buenos Seres que Bien sean, bien formen, bien eduquen, bien instruyan para el bien hacer, bien tener, bien estar y bien permanecer de generación en generación.

Quienes nos educan y nos gobiernan no cumplen con las anteriores características, muestra de ello los malos Seres que rondan nuestras casas o somos rondadores de las demás casas contaminando nuestro falso entorno.

Quien no es bien ilustrado, Bien educado, bien formado, bien instruido, es un mal Ser y siempre será necio y salvaje atentando contra la tranquilidad de los demás haciéndoles perder su paz por su barbarie que es difícil corregir; la educación, instrucción, y formación que humaniza debe ser constante y debe ser perfeccionada de acuerdo al tiempo y espacio por lo tanto se debe actualizar para que el bien Ser no sea un sofisma de distracción sino un bien Ser que construya humanidad a través del tiempo por las generaciones que la precedan y las generaciones que la continúen.

Cada generación debe educar bien, formar bien e instruir bien por lo tanto es un arte cuya práctica ha de ser perfeccionada por muchas generaciones, cada generación provista de los conocimientos anteriores, pude realizar constantemente una educación que resuelva de un modo proporcional y conforma a un fin todas las disposiciones naturales del hombre para Bien Ser. A ti te toca desenvolverlas, por lo tanto depende de ti mismo tú propia dicha y desgracia sin justificación alguna, pues tú eres el arquitecto y creador de tu propio universo y tu propia realidad no son responsables los demás porque tú ya elegiste por voluntad propia.

Todos los hombres construyen la humanidad; todas las fuerzas construyen el mundo. Estas se encuentran a menudo en lucha, y mientras tratan de destruirse, la naturaleza las mantiene conjunta y las crea de nuevo. Desde al trabajo manual más insignificante o más violento, hasta la suprema realización del arte más espiritual; desde los gritos del niño hasta la expresión más perfecta del orador y del cantor; desde las primeras luchas de los muchachos, hasta los monstruosos preparativos con los cuales se afianzan y conquistan las naciones, todo esto y aún más se encuentran en el hombre y tiene que ser desarrollado, pero no en uno solo, sino en muchos… toda disposición es importante y debe educarse para que nos favorezca en la construcción de todos.

Continuemos viendo claramente y afirmando lo que hay en nosotros y lo que podemos educar en nosotros; seamos justos hacia los demás, pues sólo se nos debe considerar en tanto que sepamos estimarnos.

Pensar y hacer, hacer y pensar es la suma de toda sabiduría y como resultado el bien Ser con todas sus aflicciones va hacia un buen camino que le conduce al amor que es paz, paz y más paz a través del bien Ser para SER.

Elaborado por Juan Guillermo Guerrero M. Psicoterapeuta de la conducta- Semana de la paz 2013

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