Ni el chikunguña, el ébola ni el virus del papiloma humano juntos, son tan funestos para un país o una región, como las prácticas corruptivas y deshonestas que emplean la mayoría de politiqueros de oficio con tal de alcanzar sus objetivos económicos personales en detrimento de la salud del pueblo, de su educación, trabajo, progreso, equidad y otros adminículos indispensables para que se respire paz y una mejor calidad de vida.

Y para muestra un botón: la situación que se está presentando en el Amazonas.

Ya están apareciendo en las redes sociales y en internet los sonajeros de precandidatos a regir los destinos administrativos del departamento en las próximas elecciones apoyados por electores de inteligencia estomacal que cambian su voto por un refrigerio, dádiva mezquina o puesto, comprometiendo con ello a sus coterráneos a 4 años de saqueo presupuestal, ingobernabilidad, negligencia entre otros males.

Si observamos con detenimiento este sonajero, vemos que entre los candidatos hay algunos que ya tuvieron su cuarto de hora en la administración y en otras posiciones desde donde pudieron hacer algo por el pueblo y no lo hicieron, pasando a la historia como la mayoría de sus colegas elegidos, sin pena ni gloria, aparte de las investigaciones que tienen o tuvieron en la Corte Suprema de Justicia - Sala penal, o en la Fiscalía General de la Nación entre otras entidades de control, ya que con sus artimañas delictivas utilizadas como la Concusión (exacción: acción o efecto de exigir impuestos, multas, deudas etc.), el cohecho (sobornar a un juez o funcionario en ejercicio de sus funciones o aceptar sobornos por parte de ellos), el enriquecimiento ilícito, el tráfico de influencias y el fraude electoral utilizadas como caballito de batalla para conservarse en el poder, manipulan puestos para gerencia de entidades, hacen contubernios y mangualas con políticos de cuello blanco, líderes gremiales, comunales y cívicos, tranzan al pueblo con licor , dinero y comilona, cosa que los ayuden a continuar en su gestión de rapiña en donde las únicas obras representativas son los apartamentos , fincas y vehículos de alta gama adquiridos en otras ciudades con el dinero del pueblo amazonense como únicas obras de su gestión, conocidas por sus electores, sin embargo muchos votarán por ellos, pues como la región carece de buena tecnología para estar al tanto de la situación política, ésta sólo se conoce por los medios radiales regionales, uno que otro enmermelado, o por la divulgación y apoyo en las redes por personajes que quieren sacarlos elegidos a toda costa, para recibir posteriormente el “favor político” del patrón. Por estas razones es muy probable que los candidatos que figuran o figuraron con antecedentes, aparezcan como un cristal, limpios de toda acusación para esas elecciones. Está en ustedes decidir si siguen aguantando más de lo mismo. En esas elecciones se sabrá de nuevo, si la corrupción sigue con las puertas abiertas en la región.

Qué bueno que los electores pensaran en un candidato que haya tenido buena gestión tanto en lo público como en lo privado, que tenga como primera opción a sus gobernados, de proyectos audaces, futuristas y de continuidad.

Que esta carrera electoral que ya empezó, para las elecciones venideras, no los coja con los calzones abajo, es hora, para aquellos que planean el cambio, empezar a planear estrategias. Es hora de reflexionar, de hacer valer sus derechos, es hora del cambio. La nueva era para el pueblo amazonense con una digna administración que se refleje en la salud, la educación, el sentido de pertenencia la equidad el desarrollo y el progreso de la región tiene que llegar con una buena decisión electoral.

“Recuerden: “La única manera de proteger las ovejas, es sacrificando los lobos”.

Carlos Javier Londoño.