Sun, 05/09/2021 - 10:59

" Mas sabe el diablo por viejo que por diablo"

Mayo 08 de 2021

Crónica
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“Más sabe el diablo por viejo que por diablo”

Durante mi estadía en Ciudad de México para el año 98, recién llegado a la ciudad iba con dos compañeros de labores jóvenes inexpertos en experiencias de vida. Nos dirigíamos a visitar la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
Debido a la cantidad de personas y vehículos que la visitan, los carros deben dejarse por lo menos a tres cuadras del templo en los estacionamientos hechos para tal fin.
Una vez parqueado el carro, continuamos a pie hasta el santuario.
Por ser zona turística el área está saturada de almacenes de artesanías y artículos religiosos alusivos a la Virgen en donde se encuentra toda clase de recuerdos de la visita. Durante el recorrido alcancé a divisar un gran almacén de artículos deportivos en especial de camping.
Yo como buen scout no había perdido el amor por todos esos objetos, razón por la cual solicité a los compañeros que entráramos a curiosear y ver que se podía comprar. Eran tanto los objetos nuevos y novedosos para mí que me provocaba comprar de todo. A primera vista me gustó un cuchillo estilo Rambo con varios implementos de supervivencia que sin pensarlo dos veces lo compré, luego al recordar que me encontraba en esa metrópoli llamada Ciudad de México, ciudad bastante grande y complicada en donde las direcciones se manejaban con grandes mapas pues todavía no existían estas aplicaciones modernas de localización de direcciones, al observar las brújulas, decidí comprarme una.
Cuando mis compañeros se dieron cuenta de la compra, las risas, burlas y comentarios al respecto no se hicieron esperar: miren a este viejito comprando brújula en pleno siglo 20. - dijo uno – a lo cual le respondí: - tranquilo marica que usted no ha viajado como lo he hecho yo para tener experiencia de vida que lo saque de algún apuro en cualquier momento –
Echándome la brújula al bolsillo y el cuchillo en el morral salimos del establecimiento rumbo a la catedral. Allí estuvimos escuchando la misa pudiendo comprobar la gran devoción del pueblo mexicano por la “Guadalupana” como cariñosamente la llaman, pues había más de siete mil fieles en una iglesia con capacidad para 10 mil personas.
De allí regresamos a nuestras tareas normales y de la brújula no se volvió a hablar más. Siempre que salíamos a alguna parte la brújula era mi fiel compañera.
Cierto domingo en que nos encontrábamos libres de trabajo, decidimos salir fuera de la ciudad rumbo a un sitio turístico llamado” Valle de León” en el estado de Guanajuato distante 395 kms de Ciudad de México a 4 horas de camino por una buena carretera.
Este es un gran lago situado entre las montañas muy parecido a Guatapé en Antioquia con gran afluencia de turistas de todo el mundo quienes disfrutan fuera de los bares y restaurantes que se encuentran alrededor, el tradicional paseo en los barcos que hacen el recorrido turístico por el lago al son de mariachis y buenos cocteles a base de tequila.
Allí estuvimos toda la tarde disfrutando de este inolvidable programa de naturaleza, mariachis y licor.
Al anochecer regresamos a ciudad de México a donde llegamos al empezar la madrugada. Entramos por una gran avenida.
Al llegar a un cruce quedamos nulos sin saber para donde seguir pues no sabíamos para donde quedaba ni el norte ni el sur como para orientarnos.
Riéndome internamente me dije, llegó la hora de mi desquite.
Al ver que no tenían idea de orientación, le dije al que venía conduciendo que por favor se orillara un momento y prendiera la luz interna del auto. Una vez parado el vehículo con una sonrisa socarrona a flor de labios, saqué la brújula acompañada de las siguientes palabras:
- Vean maricas para qué sirve el aparatico que compré y del que ustedes se burlaron -
Poniéndola en mi mano izquierda esperé que ella magnéticamente buscara el norte. Una vez localizado busqué el sur que era hacia donde vivíamos y a partir de allí a punta de brújula empecé a guiarlo hasta llegar a la famosa Avenida Insurgentes que es una de las avenidas más grande del mundo que sale desde las Pirámides de Tenochtitlan y sin desviarse para ningún lado atraviesa toda la ciudad yendo a morir al balneario de Acapulco principal eje de la ciudad de México que sabiéndola ubicar uno se puede defender en la movilidad de la ciudad, avenida que ya conocíamos de norte a sur y de sur a norte.
Tomándola hacia el sur como Pedro por su casa llegamos a nuestra morada sanos y salvos, no sin antes comentar uno de los viajeros:
- miren como este viejo guevón se salió con la suya –
comentario que riposté con la enseñanza “ si ven, más sabe el diablo por viejo que por diablo” así es que aprendan maricas que no les voy a durar toda la vida, palabras que fueron recibidas con carcajadas de amistad.

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