Tue, 03/09/2021 - 20:18

"HUMANIZACIÓN ANIMAL"

foto familiar

Marzo 08 de 2021

CRÓNICA

“HUMANIZACIÓN ANIMAL”

Leyendo alguno de los mensajes que aparecen en Facebook hubo uno que me llamó la atención el cual decía más o menos así: qué tiempos aquellos en que nuestros perros se llamaban Danger, Titán, káiser, que comían de todo y no se enfermaban y que no eran presentados en casa como el hermanito menor o el bebé de la casa.
Pues bien analizando este mensaje de una manera muy personal y con el respeto que todos me merecen, me hice la siguiente pregunta: Qué le está pasando a esta generación actual que siguiendo normativas de esta sociedad moderna, está humanizando de tal forma los animales domésticos que ya nos los presentan como componentes genéticos de la familia?
No es que sea zoo fóbico ni tenga algo en contra de los animales, por el contrario, como antiguo habitante por muchos años del Amazonas colombiano, tuve como compañeros animales domésticos, aves, peces, simios, caninos felinos entre otros, a los cuales dándoles el tratamiento que como animales se merecían sin disminuir ni aumentar el sentimientos que hacia ellos me unía, compaginé y compartí normalmente, pero ya eso de extremizar ese sentimiento como se está viendo actualmente con esta juventud reinante en donde dichos animales los están equiparando al estatus de hijo a los que presentan inclusive como nietos, tratándolos como seres humanos en una compenetración nociva tanto para el dueño como para el animal es preocupante. Estado que mientras sea de normalidad y de salud no hay problema, pero cuando la enfermedad hace parte del animal, el estrés la responsabilidad, la atención y todo aquello que la situación conlleva se apodera de los relacionados involucrando a otros miembros de la familia, que en nada tienen que ver con esa situación buscada pues al llevarles el juego a estas multinacionales de las “pets” con sus invenciones de comidas innovadoras, juguetes y accesorios para mejorarles la calidad de vida a sus mascotas les están ayudando a hacer de las suyas.
Ya los perros y gatos son manejados como clientes preferenciales en estas tiendas especializadas pasando el dueño a segundo plano, tan es así, que cuando hay promociones llaman al dueño (a) del animal preguntando por la “mamita” (dueña) del doméstico ya facturado, para ofrecerle los productos. Y lo más significativo de este ofrecimiento es que al dueño del animal ya lo tienen metido en el juego.
No se han dado cuenta que ahora que existen comidas más sofisticadas para mascotas y más elementos para su cuidado, han aparecido más enfermedades en los animales? Que el negocio está montado, está montado y todo con las anuencia suya como consumidor.
Con los años que tengo de vida nunca había oído hablar de un perro con diabetes, pancreatitis o algo por el estilo, enfermedades que como ocurre con las de los humanos parecen prefabricadas para poder vender los productos sofisticados que de gran valor están fabricando.
Personalmente viví un caso que me dejó mucho que pensar con respecto a esta nueva costumbre, tendencia o como quieran llamarla, en manejar las mascotas como hijos de familia.
Me encontraba en una reunión familiar acompañado por mis hijos, sus primos y mis cuñados. La mayoría de ellos jóvenes pero eso si ya con hijos, valga la expresión, representados en gatos y perros, todos manejados con la misma tendencia.
Resulta que llegó a la reunión, una prima de todos ellos, con una perrita de raza a bordo con toda la parafernalia y cuidados de una hija enferma, . Manifestando que acababa de llevar el animalito al veterinario quien le pronosticó “diabetes”. Qué que fue eso, se complicó la reunión, pues ya todo giró alrededor de la perrita, de su enfermedad y de su cuidado. Que no dejáramos caer nada al piso de los pasa bocas que estábamos degustando porque la perrita nada de eso podía comer y cosas por el estilo.
Como el veterinario aconsejó controlar la glicemia cada cuatro horas, la propietaria de la perrita en el trayecto, se compró un glucómetro última generación para tomar dicho control. Como esta juventud de ahora cree que se las sabe todas sobre todo si de tecnología se trata, comenzaron a manipular el aparato con miras a tomar la muestra de la cual ni sabían en que parte del animal debían de pinchar para la toma. Yo desde la distancia me limitaba a observar la operación, sin que nadie acertara como hacerlo. Lo que si note fue que a pesar de que nadie daba pie con bola en el manejo del aparato, ninguno sugirió leer el manual de instrucciones, que para nosotros sería lo más lógico cuando de aprender el manejo de un nuevo aparato se trata, sólo se limitaron a presionar botones sin ningún resultado positivo. De pronto alguien sugirió que yo como ex socorrista que fui, podía tener conocimiento de cómo tomar la muestra. Aunque si sabía y con miras a darles una enseñanza, me hice el desentendido manifestándoles que de esos aparatos tan sofisticados no tenía conocimiento, aconsejándoles leer el manual, sugerencia a la que nadie le paró bolas y más bien decidieron seguir dañando cintas de papel con las que se toma la muestra. En vista que no pudieron hacer la prueba, la solución fue llevar de nuevo el animal al veterinario para que el hiciera la prueba.
Qué situación tan sobrecogedora se vivió con este acontecimiento, ver la dueña del perro en un estado anímico de shock, estresada, baja de nota y compungida ante la enfermedad del animalito, que aunque no presentaba ningún síntoma alarmante, el show contagió a todos los que estaban presentes.
Qué nos espera ante esta situación ?Aquí como padres podríamos echarnos la culpa de lo que está sucediendo con esta nueva generación, producto de inconsistencias nuestras, que al no entregarles lo mejor de nuestra educación recibida, que al cohesionarse con la de ellos, no estarían viviendo esta modernidad estúpida producto del cambio de mecanismos sociales favorecedoras a ciertas élites y a una tecnología absorbente que cada día los convierte en zombis de esta sociedad.

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