Thu, 07/16/2020 - 09:20

Con don Carlos Sánchez comprendí muchos aspectos de Leticia

Articulo del maestro JORGE ENRIQUE PICON sobre mi padre: CON DON CARLOS SÁNCHEZ COMPRENDÍ MUCHOS ASPECTOS DE LA LETICIA DE LOS AÑOS CINCUENTA Y SESENTA.

Una partida más, de otra persona que le prestó muchos servicios a la ciudad de Leticia; es el caso de don Carlos, más conocido en la comunidad leticiana como "Sánchez mijo".

En hora buena tuve la oportunidad de tener extensos conversatorios con don Carlos que me permitieron comprender mucho más la historia urbana de Leticia y que fueron claves para escribir mi libro "TRANSFORMACIÓN URBANA DE LETICIA. ÉNFASIS EN EL PERÍODO 1950-1960". Vale aclarar que fue don Carlos quien por intermedio de la señora Evanilde me solicitó que lo visitara para el desarrollo del conversatorio.

A continuación apartes del conversatorio del día 3 de octubre de 2006, teniendo presente la imagen y la voz viva de don Carlos:
LUGAR DE NACIMIENTO, LA FAMILIA Y LA LLEGADA A LETICIA.

"Nací en Apulo, un corregimiento de Tocaima, en Cundinamarca, el día 19 de febrero de 1920. (Don Carlos vivió 96 años). Llegué a Leticia con mi primera esposa llamada Beatriz Serrato de Sánchez, ella también era de Apulo, en donde nos casamos. Fueron treinta años de matrimonio... Del primer matrimonio tengo cinco hijos y una hija... Al morir mi primera esposa, me casé con mi actual esposa, Ivanilde Araujo, de la cual tengo una hija y un hijo, a mucho honor, todos leticianos.

Llegué contratado por Monseñor Marceliano E. Canyes, el día 4 de julio de 1955, a las 5:30 de la tarde.

LA ELECTRICIDAD Y LA MECÁNICA: DOS PASIONES QUE DESARROLLÓ EN LA TRIPLE FRONTERA.

Estudié mecánica y electricidad con los Salesianos de León XIII, en Bogotá; algunos trabajos como electricista y mecánico:

En la planta eléctrica de la Comisaría del Amazonas hice unos trabajos. Recuerdo que se había anunciado que antes de seis (6) meses no habría luz en Leticia. Me puse al frente y lo pude arreglar en pocas horas. Eso fue en agradecimiento al pueblo.

En Tabatinga hice unos trabajos muy importantes. Yo les cambié la luz que era de 220 voltios, que en ese tiempo no se conseguían por la cuestión de la guerra, a 110 voltios; les arreglé todos los aparatos de transmisión de radio, pués hacia varios meses que no tenían comunicación con la base de Belén do Pará, Brasil.

También en Benjamín Constant; la estación de radiotelegrafía estaba fuera de servicio, yo me puse a repararlos y ese mismo día tuvieron comunicación. También hice varios trabajos en el aserrío del Señor Joaquín Avensur ubicado sobre el río Yavari. El Señor Avensur era un ciudadano peruano, con quien hice una buena amistad. En varias oportunidades le di mi mano para que el aserrío no se parara por falta de repuestos, al mismo tiempo que le reparaba los daños en las máquinas. Yo venía por 20 días, con un contrato con Monseñor (Canyes), muy bueno, y eso se fue alargando, alargando…

Después puse a funcionar los aparatos del aeropuerto de Leticia, porque no tenían comunicaciones; los aviones llegaban sin radioayudas y sin nada; entonces, yo los puse a funcionar en cuatro (4) días. Eso dio pie a que el ingeniero Velazco (Mario), el jefe del aeropuerto me llamara a trabajar allá. Así entré a trabajar al aeropuerto y ese “trabajito” fue de 32 años.

Tuve suerte, salí bien y pude prestar buenos servicios.

Jorge Enrique Picon Acuña: Don Carlos, entonces usted fue como un “salvador”, ya que tenía la solución a los problemas eléctricos y mecánicos que se presentaban en toda esta región.

Carlos Sánchez: Si, yo tenía los conocimientos técnicos que aprendí con los Salesianos, en la escuela de artes y oficios. Yo saqué mi bachillerato y mi cartón con los Salesianos en mecánica y electricidad.

LA LETICIA QUE ENCONTRÓ

Leticia era pequeñita en ese entonces (1955). Detrás de los talleres de la Prefectura (hoy carrera 9) ahí terminaba Leticia por ese lado, luego la familia de los “Panchos”. A Tabatinga no se podía ir por carretera, tenía uno que ir por lancha. Hacia el norte, hasta el tanque del acueducto. Después quedaba la parte militar con el cuartel y un poco más allá el polvorín, inclusive ahí almacenaban la gasolina para los aviones. La pista era de 920 metros, era muy pequeñita. Un avión caía en la cabecera de la pista y frene.

AMISTADES INOLVIDABLES

JEPA: El recuerdo del Coronel Oscar Arce Herrera, primera autoridad civil y militar del Amazonas, entre 1954 y 1956.

CS: ¡Ah! el coronel Oscar Arce Herrera, es el único gobernante en mi vida que yo conocí que aguantara hambre y sed, cuando Leticia se quedaba sin agua o sin alumbrado; yo veía el afán del Coronel, porque el pueblo estaba sin agua. El me decía: Sánchez ayúdeme porque el pueblo está sin agua, el pueblo sin agua no es nada. Él se preocupaba demasiado.

JEPA: Monseñor Marceliano E. Canyes.

CS: Leticia le debe mucho. En el mes de enero, de todos los años, empeñaba el edificio de la Procura, ubicado en la ciudad de Bogotá para pagarles los sueldos adelantados a los maestros que se iban a los lugares distantes de la comisaria, para que pudieran llevar su comida...

JEPA: Recuerda a Don Arcesio Murillo Ruiz.

CR: Fue el primer amigo que tuve en Leticia, lo conocí en la Cámara de Oficiales, en donde tomábamos los alimentos. Él era el director de la agencia del Banco de la República.

LA PARTICIPACIÓN DEL AMAZONAS EN LOS JUEGOS NACIONALES DE BALONCESTO EN MEDELLÍN.

Fui secretario de liga de basketbol en Bogotá y donde quiera que llegáramos nosotros formábamos un equipo; tuvimos un equipo en el Valle, en Tocaima; yo era el entrenador porque con los Salesianos se jugaba mucho basketbol, el equipo del León XIII era un equipo muy bueno, ellos tenían buenos entrenadores y yo les copiaba. Entonces aquí (en Leticia) nosotros organizamos un equipo.

Nosotros participamos en el campeonato nacional de basketbol organizado en la ciudad de Medellín, del año 56, con la presencia de ocho equipos, entre ellos Valle, Cundinamarca, Tolima, Magdalena, Atlántico, Antioquia. Nosotros inauguramos el coliseo cubierto de Medellín con el partido Antioquia-Amazonas. Nos ganaron las antioqueñas por 36 a 32. Fue la primera vez que salió una selección femenina de basketbol a un nacional
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Dentro de las seleccionadas, curiosamente, habían cuatro pares de hermanas: Esperanza Peña y Yolanda Peña; Elisa Guzmán y Elvia Guzmán; Clara Morán y Erma Morán; Nelly Barbosa y María Barbosa; además estaba Enelia Paz y Noemí Córdoba la esposa del Señor Tamayo (Francisco) y mi esposa Beatriz.

Quedamos en sexto lugar y el campeón fue Antioquia.

Cuando regresamos a Bogotá nos llamaron de Almacenes Ley y Fano, para que jugáramos una serie de partidos; entonces, llamé al Coronel Arce y el habló con las madres y padres de las muchachas para el permiso. Jugamos cuatro partidos en Bogotá y todos los ganó el Amazonas, veníamos de un nacional…

Después, el gobernante de turno no apoyó más…

Como anécdota cuando llegamos a Medellín, creo que en un avión de Lansa, le dije a las muchas: espérense que baje todo el mundo. Los reporteros gráficos estaban pendientes. Cuando bajamos alguien del equipo dijo que eran del Amazonas; se quedaron aterrados de las bellezas de las jugadoras, pues ellos esperaban otro tipo de jugadoras.

TOCADO POR EL CINE

JEPA: Recuerdo que me comentó que en Leticia estuvo vinculado con el cine. Recordemos esta actividad.

CS: Cuando yo llegué acababa de cerrar el teatro el Señor Alfonso Galindo; entonces, el Señor Arturo Arango trajo unas máquinas de Bogotá y pusimos a funcionar el teatro. Nosotros le dábamos ahí cine el público y al ejército; también pasábamos las películas con los noticieros correspondientes al General Rojas Pinilla que era el Presidente.

El teatro que manejábamos se llamaba el Teatro Santander (actualmente corresponde a la Casa El Opita), quedaba frente a la Casa Gamboa. Las películas que le gustaban al público eran las de acción y las mejicanas. Primero dábamos la película del General Rojas y después la película normal. El precio de la bolera era de 0.30 centavos y 0.15 centavos para los que estaban bien atrás. Empezaba a las 8 de la noche. Las películas eran de 16 milímetros y a blanco y negro.

Cuando llegué había un teatro frente a la panadería de un señor peruano llamado Marcelino Domínguez (hoy en la calle 9º, entre carreras 8º y 9º), el propietario era el Señor Alfonso Galindo y el teatro se llamaba Teatro Amazonas.

ANÉCDOTAS PARA NO OLVIDAR.

Una vez tuve que viajar a Bogotá por asuntos familiares. Un día me llamó un señor desde Leticia y me dice: Señor Sánchez, ¡su casa está abierta! La muchacha encargada del servicio de pronto no cerró bien la puerta y por el viento se abrió y así se quedó durante tres meses. Cuando regresé revisé y no se me perdió nada, la gente de ese entonces era muy honrada. Fue algo que me marcó.

Un recuerdo para los amigos leticianos. ¿Saben uds. Cuál era el mejor baile anual? Yo se lo recuerdo: era el baile de despedida de los soldados de los distintos contingentes. A ese baile asistían los jefes militares con sus respectivas familias, la sociedad leticiana y el pueblo en general. Nunca se registró ningún incidente. El día triste era al día siguiente, en el aeropuerto, en la despedida de los soldados de sus amigas o amantes.

A mi me decían “Sánchez mijo” y así me quedé. En Leticia se ponía muchos sobrenombres, cuando uno asomaba en la escalerilla del avión ya tenía el sobrenombre y era exacto. Había un señor que era muy feo y le decían “microbús” porque además era chato. Ahora, lo que me pasó con el señor “Duda” (un sobrenombre) a quien debía darle una razón de la Aerocivil. Pero resulta que me dieron fue el propio nombre, Antenor Riveiro; estuve toda la tarde preguntando ese nombre y nadie me dio razón. Al llegar al almacén de Don Custodio Parra me encuentro con “Duda” en la puerta y le digo: ¡oiga, ayúdame a conseguir a Antenor Riveiro, he estado toda la tarde buscándolo!, el se reía y luego me dice: entonces ¿no lo consiguió? ¡Antenor Riveiro soy yo! Era el mismo “Duda”.

Así, en medio de risas, terminamos este conversatorio, pero nos abre la oportunidad de re-iniciarlo, por la cantidad de historias vividas por Don Carlos en esta tierra que adora y nunca olvidará, historias que recuerda muy bien...

CONVERSATORIO DEL DÍA 5 DE OCTUBRE DE 2006.

Historia de la aviación en Leticia contada por don Carlos Sánchez.

JORGE ENRIQUE PICÓN ACUÑA: El 22 de septiembre de 1955 aterrizó el primer avión DC 4 (avión de cuatro motores), lo recuerda?

CARLOS SÁNCHEZ: Fue un aterrizaje bastante azaroso por la limitación de la pista y porque el avión DC 4 era bastante pesado, sin embargo, entró y tras de eso vinieron otros aviones de las mismas proporciones del DC4.

El aeropuerto contaba con dos plantas de 25 kilovatios que alimentaban los transmisores, equipos de construcción americana, marca Aerocom, tipo 446, que eran, más o menos, los que se estaban utilizando en toda la República.

JEPA: Leí una nota en la Hoja Parroquial, en donde se hace referencia a los vuelos aéreos con destino a Bolivia, con escala en Leticia.

CS: La ruta exacta: Bogotá, Leticia, Riberalta en la confluencia del Río Beni y el Madre de Díos, Cochabamba y Santiago de Chile, con igual regreso. La empresa aérea que hacia esta ruta se llamaba Lloyd Aéreo Colombiano, que utilizaba aviones Curtis C-46. Trabajé en esta empresa como agente en Leticia lo que permitió que me invitaran a viajar a Santiago de Chile. Esta compañía quería abaratar para el pueblo el valor de los pasajes. Normalmente Bogotá-Leticia, valía $120 y ellos (la Lloyd) lo bajaron y quedó como en $80. La agencia funcionó en el primer piso de la casa Marconi. (Hoy Telecom)
JEPA: Otras compañías aéreas como ASA international Airline y Panair do Brasil que prestaron servicios en Leticia.

CS: La compañía ASA la trajo a Leticia el Señor Mike Tsalikis. En los primeros vuelos salía por Georgetown, en las Guyanas y luego llegaba a Leticia; después entró por Bogotá. También utilizaba aviones Curtis C-46 (aviones de dos motores)

La Panair do Brasil era subsidiaría de la Panabra, una compañía americana, pero parte de la compañía era brasilera. Salía de Belem do Pará, entraba a Manaus, luego Leticia y finalmente Iquitos, con regreso por la misma ruta, utilizando aviones anfibios conocidos como “Catalinas”.

OTROS RECUERDOS

JEPA: Como fomentador del baloncesto en Leticia, recordará la cancha “Del Pueblo”; en dónde estaba ubicada la cancha?

CS: Efectivamente, la cancha “Del Pueblo” quedaba pegada al Hotel Victoria Regia, era cementada y tenía luces para partidos nocturnos. Se programaban partidos femeninos y masculinos.

JEPA: El vapor Ciudad de Neiva, muy recordado por los leticianos.

CS: Este era un vapor que hacia el recorrido de Leguízamo a Leticia por el Río Putumayo y el Amazonas. Funcionaba con leña y por esto tenía que limitar la carga.

JEPA: El hotel Victoria Regia de Leticia.

CS: Nos cupo el honor, con mi esposa Beatriz, de inaugurarlo. Mi esposa fue la administradora del hotel Victoria. Recuerdo que todos los menajes de cama, toallas, colchones, cobijas…fueron traídos de Estados Unidos.

En la parte de la recepción del Hotel Victoria Regia funcionó la primera central telefónica “Philips”, automática. Leticia no tuvo teléfono de magneto, sino de una vez fue automático.

BARBAZUL: UN PERSONAJE INOLVIDABLE EN LETICIA.

JEPA: Don Carlos recuerda muy bien a “Barbazul”.

CS: Barbazul era el cocinero del Doctor Armando Caro, médico del ejército. Él salía a las cinco y media de la mañana a hacer el mercado y como cosa especial andaba con una perra; entonces, él (Barbazul) le iba contando las “mishadas” (del portugués, orinadas) de la perra, porque le daba la orden: “¡misha, misha!, lo que la perra obedecía. En la casa tenía dos gatos, quería entrañablemente a uno más que al otro. Al morir este gato, al poco tiempo, de pena moral, murió “Barbazul”.

Podríamos seguir conversando y conversando, porque de cada tema que le planteo a Don Carlos, tiene un recuerdo, de esta historia leticiana, urbana, que no podemos olvidar; pero ante todo, no podemos olvidar a muchos personajes, que como Don Carlos, contribuyeron con muchos granos de arena, a partir de la segunda mitad de la década de los 50s del siglo pasado, al desarrollo de mi Leticia.

GRACIAS Don Carlos por la oportunidad; y GRACIAS a la Señora Ivanilde, la Señora Esposa de Don Carlos, por apoyo al logro de estos conversatorios.

MUCHOS APLAUSOS A LA VIDA DE SERVICIOS DE DON CARLOS SÁNCHEZ. DESCANSE EN PAZ.
A TODA LA FAMILIA DE DON CARLOS, EN MI NOMBRE Y EN EL DE MI FAMILIA, TOTAL SOLIDARIDAD.

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