Wed, 03/08/2017 - 06:12

Pudiera yo gritar

Julio Marquez Cueva

Desde hace más de 20 años que esta fecha ha sido conmemorado en mis más recónditas reflexiones, una fecha muy especial, no solo porque mi lista de admiración y aprecio hacia las mujeres son inmensurables, sino de la fuerza que ellas inspiran para que seamos verdaderamente felices; pudiera yo gritar a los cuatro vientos, pero mi imaginación hace traspasar mi grito al infinito. Más allá de ser una fecha conmemorativa de una tragedia a fines del siglo XX; esta mecha que se encendió en Estados unidos y Europa, voces y movimientos en defensa a los derechos de la mujer con un desenlace trágico en una fábrica de textil, voces que se perdieron en el limbo de las almas calcinadas, lamento, sollozos que se atragantaron en las familias , huérfanos y viudos a través del tiempo y en la paradojas de gemelos vuelven para decirnos que esto no debe volver a suceder, ni en el tiempo, ni en el destino de la humanidad.

Este 8 de marzo como los que vendrán y como todas las fechas, cuando veas la sonrisa de una mujer, detrás de esa sonrisa guarda muchos sentimientos como en una caja de pandora que solo un alma limpia puede abrir o con una llave maestra que solo los corazones con secretos sabe abrir, hoy es una buena ocasión para reflexionar sobre lo construido por cada una de ellas, desde tu vida y sus vidas: pasado, presente y futuro, pero más allá casi todos tenemos una deuda en materia de derechos e igualdad de género. ¡Vaya deuda¡ entonces démosle el paso para la igualdad de género, ellas lo merecen todo. Esta deuda es casi difícil de saldar porque aún nos devora el egoísmo de hombre para que ellas superen las dificultades que las impiden progresar, a mujeres y a niñas, a alcanzar su pleno potencial. Potencial que no se ve por la ceguera que padecemos muchos entre hombres y mujeres que yo pudiera gritar; que de alguna manera hasta sutil, genera violencia de género, es hora de erradicar esta tan cruel realidad y fomentar la participación de las mujeres en la toma de decisiones, la inversión en acciones con creatividad en campañas educativas a favor de la igualdad. Oh mujer eres todo en mi ser y sin ti no soy nada, a lo mejor no rime lo que profeso por ustedes en esta corta nota de homenaje, de mis letras hechas amor. Por eso pudiera yo gritar.

Empoderamiento es necesario más allá de sus habilidades y conocimientos, y se las reconoce por ello, autoestima debes incentivar en ellas, sin decirlo, un solo gesto de amor es suficiente, solucionando sus problemas no aumentándolas, a veces es necesario las mejores palabras para despertar una Amazonas en tu lado a la conquista del mundo. Cuán lejos estamos de la revalorización positiva para trascender las desigualdades que aún imperantes en muchas comunidades. Mujer tu espacio no solo está en mi corazón, está en mis ojos, en mi boca y en lo que sale de ella, palabras para decirles cuanto las amo eso pudiera yo gritar.

Un largo camino se está por recorrer desde aquellos movimientos sociales del siglo XX pero aún falta muchos kilómetros de trabajo y energía que gastar y andar. “Las mujeres representan el 60% de los más pobres a nivel mundial, las dos terceras partes de los analfabetos y son objeto de violencia de manera sistemática”.
Sé un agente de cambio, a través de tu actitud, de tu liderazgo y del ejemplo que puedas trasmitir. Esa cajita de pandora espera por ti, solo usa la verdadera llave la que abre tu mismo corazón.

Pudiera yo gritar que el Día de la Mujer sea un día de reflexión y todo el año sea de acción para que hombres y mujeres podamos convivir en armonía en sociedades justas, armoniosas y amorosas. A todas mis amigas, que no se quede ninguna por fuera de mi extensa lista de las mujeres que amo, con sus disgustos, sus mal genios, sus malos días, hasta las más vulgares, pero también y sobre todo aquella que con su sonrisa me alegran mi caminar; todas son hermosas y encajan a mi corazón.

¡Feliz Día de la Mujer!

Julio Cueva Márquez

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